Quebrantahuesos 2010: MARIE BLANQUE por Bielle



Distancia: 11,4 km Desnivel: 585 m % Medio: 5,13 % Altitud: 1035 m Coeficiente: 121

Localización: Abandonamos la D-934 poco antes de llegar a Laruns, en la localidad de Bielle a la derecha, en dirección al famoso col.

Especificaciones: El estado del suelo es bueno, aunque no tiene señalización horizontal. Las sombras aparecen en algunos tramos y el tráfico es escaso en general.

Fuentes: En los dos núcleos urbanos del recorrido podremos llenar nuestros botellines.

Descripción: Este afamado col que une los valles de Ossau y de Aspe debe su renombre a la dureza proverbial de su vertiente oeste, la que tiene su inicio en Escot. Esta vertiente este que se inicia en Bielle, antigua capital del valle, encierra en cambio bastantes más atractivos cicloturistas que su opuesta y sus rampas, aunque interesantes, tampoco requieren toda nuestra atención que puede distraerse en admirar un paisaje sin par tanto sobre el valle de Ossau como sobre las praderas de montaña que se adueñan del entorno a partir del Plateau du Benou. Podríamos dividir nuestra ascensión en dos partes bien diferenciadas. La primera consta de algo más de cinco kilómetros, de considerable dureza, hasta alcanzar el llamado Col du Porteigt que da paso inmediatamente al Plateau citado, donde se ubica regularmente el avituallamiento de la célebre Marcha Quebrantahuesos. El tramo más duro de esta primera parte coincide con el paso por el pueblo de Bilhères en el que las rampas se mantienen por encima del 10% en bastantes centenares de metros. A los pastores de esta población se les conocía como "los capadores" por lo bien que ejercían esa función con las ovejas; más nos vale que al pasar hoy junto a sus casas no dejemos también nuestros atributos en lo empinado de su asfalto. Y, algo más adelante, debemos echar una mirada esperanzada a Nª Sª de Houndas, bonita ermita en un bosque paradisíaco que toma el nombre del pequeño arroyo (houn = pequeña fuente, en bearnés) que pasa por detrás de la pequeña construcción. En ese paraje podremos ver la llamada Senda de Emilia hacia un enclave dolménico, con cromlechs sin igual en esta zona pirenaica; pero para ello deberemos volver otro día, a pie. El segundo y definitivo tramo de esta ascensión nos rodea de praderas de pastos para el ganado mientras la pendiente media no llega al 7%. Y aún nos sentiremos mejor en la zona final, totalmente cubierta por el bosque, mientras vamos experimentando ya la sensación del sueño cumplido de coronar la Marie Blanque. Pero si queremos que de verdad ese sueño sea completo deberemos emprender la escalada por la vertiente de Escot y esperar que la fama de Marie Asserquet -doncella famosa en el valle de Aspe por las poesías que leía en la exequias fúnebres de sus convecinos y por su blanca tez que da nombre al collado- pueda alcanzarnos aunque sea un poco. Y confiemos en que nuestro rostro no se vuelva tan pálido que necesitemos sus auxilios líricos en nuestra empresa: ella lleva descansando eternamente muchos años. Dejémosla que lo haga en paz.